Aunque es innegable que la figura de Wenger ha dado mucho tanto al Arsenal como al fútbol inglés, toda historia tiene su final, y la suya parece estarse acercando a él, teniendo en cuenta la escasez de títulos logrados en la última década y la pobre imagen mostrada recientemente en los momentos clave de cada temporada. La dolorosa derrota ante el Bayern de Múnich en los dieciseisavos de final de la Champions, encajando un total de 10 goles en dos partidos lastrados por una inferioridad numérica, fue suficiente para dejar claro que el equipo del norte de Londres necesita un nuevo impulso de cara a alcanzar mayores metas.
Arsène Wenger tiene los días contados al frente del Arsenal, tras más de dos décadas como entrenador del equipo londinense, después de encadenar una serie de resultados negativos que además de suponer la eliminación de la Champions League han puesto en riesgo su clasificación en la Premier League, descendiendo hasta el quinto puesto provisional tras la derrota por 3-1 este sábado ante el West Brom. Este último encuentro ha sido la gota que ha colmado el vaso de unos aficionados que ya vivían divididos durante las últimas temporadas entre el apoyo incondicional y la negativa a que el francés siga adelante con el proyecto.
Aunque es innegable que la figura de Wenger ha dado mucho tanto al Arsenal como al fútbol inglés, toda historia tiene su final, y la suya parece estarse acercando a él, teniendo en cuenta la escasez de títulos logrados en la última década y la pobre imagen mostrada recientemente en los momentos clave de cada temporada. La dolorosa derrota ante el Bayern de Múnich en los dieciseisavos de final de la Champions, encajando un total de 10 goles en dos partidos lastrados por una inferioridad numérica, fue suficiente para dejar claro que el equipo del norte de Londres necesita un nuevo impulso de cara a alcanzar mayores metas.
Aunque es innegable que la figura de Wenger ha dado mucho tanto al Arsenal como al fútbol inglés, toda historia tiene su final, y la suya parece estarse acercando a él, teniendo en cuenta la escasez de títulos logrados en la última década y la pobre imagen mostrada recientemente en los momentos clave de cada temporada. La dolorosa derrota ante el Bayern de Múnich en los dieciseisavos de final de la Champions, encajando un total de 10 goles en dos partidos lastrados por una inferioridad numérica, fue suficiente para dejar claro que el equipo del norte de Londres necesita un nuevo impulso de cara a alcanzar mayores metas.