El Real Madrid ha vencido al Liverpool en la final de Kiev y se ha alzado con la decimotercera Champions League de su historia gracias a los dos goles de Gareth Bale y el tanto de Karim Benzema que superaron al solitario gol de Sadio Mané para el Liverpool. Esta es además la tercera orejona consecutiva para el equipo de la capital de España, algo especial teniendo en cuenta que nunca nadie había conseguido repetir triunfo desde la introducción del nuevo formato y nombre de la competición.
La lesión de Salah cambió el partido para el Liverpool
Después de una primera parte equilibrada en la que lo más destacado fue la lesión de Mo Salah, pieza clave en el Liverpool como jugador más importante y determinante del equipo inglés en esta temporada, por la cual se tuvo que retirar a los vestuarios antes de lo esperado. La misma mala suerte corrió Dani Carvajal para el Real Madrid, al recaer en la lesión de la que aún venía tocado y que le puede poner en duda además para el próximo mundial de Rusia dentro de apenas tres semanas. Al descanso, el partido se iba con el mismo resultado inicial de cero a cero, pero todo estaba a punto de cambiar en el segundo tiempo.Nada más arrancar la segunda mitad, Isco envió un balón al larguero que a punto estuvo de suponer el primer gol del encuentro, pero sería poco después, a los seis minutos de la reanudación, cuando Benzema aprovecharía el primero de los dos errores clamorosos de Loris Karius, el portero alemán del Liverpool, para adelantar a los blancos en el electrónico. Su intercepción al saque con las manos del arquero suponía uno de los goles más extraños de las finales, pero servía para cambiar la dinámica del encuentro por completo, ya que nada más verse por debajo en el marcador, el Liverpool reaccionó yéndose arriba y anotando, tan sólo cuatro minutos después, el gol del empate en las botas de Sadio Mané.