"Tenemos que afrontar la final como una oportunidad, porque eso es lo que es, una gran oportunidad", comentaba Jürgen Klopp en la previa a la gran final de la Champions League de este sábado contra el Real Madrid, antes de relatar las características que han definido a su Liverpool en este largo camino hacia Kiev.
"Los jugadores deben entender que ser valiente tiene sentido. No fue sencillo ser valiente contra el Manchester City o la Roma, pero lo fuimos. En el momento que intentamos defender el resultado casi nos quedamos fuera", avisa el técnico alemán, quien aseguró que contra el Real Madrid tampoco van a salir a jugar a la defensiva, ni mucho menos: "Ganaremos o perderemos, pero lo haremos a nuestra manera. A estas alturas ya no se debería esperar otra cosa de nosotros."
Octava final de Champions League para el Liverpool, con cinco títulos
Klopp y sus jugadores han demostrado ser capaces de matar un partido en un breve espacio de tiempo. Prueba de ello fue la última hora del partido de ida de los cuatros de final contra el City de Pep Guardiola, cuando impidieron a uno de los mejores equipos de Europa realizar un solo tiro a puerta, algo tan impresionante como la primera media hora en la que consiguieron ponerse al frente con un espectacular 3-0.La habilidad de este equipo para producir ataques devastadores en breves espacios de tiempo ya era conocida, pues le habían hecho lo mismo al propio City unos meses antes, pero como se demostró en el Stadio Olimpico de Roma, para algunos equipos como este de Klopp resulta más fácil adquirir una buena ventaja en el marcador que mantenerla.
Independientemente del resultado ante un rival de la entidad del Real Madrid, que busca su tercera Champions consecutiva y la decimotercera de su historia, si Mohamed Salah está al nivel que viene mostrando en partidos recientes, el Liverpool puede hacer mucho daño al equipo de Zidane. Aún estando lejos de ser los favoritos, unos minutos de gloria como los registrados ante el City o la Roma podrían dejar la final de cara para los ingleses y una montaña que escalar para el Madrid. No será fácil, pero Klopp tampoco cambiará sus planes.